Juan Silva es un pintor de calidades, porque nos ofrece un retazo de su mundo interior, un modo de entenderlo por medio de la textura, objetos y contornos trazados. Un artista que transcribe con énfasis el contenido de la belleza contemplada y que en algunos momentos vemos con austeridad y en otros, refleja los estados de ánimo, de voluntad y de perseverancia que transmite su pintura.
En su pintura la línea desaparece, sólo queda el color, por su toque fluido de pincel, llegando incluso a una figuración cromática, provocada por la vibración en el color.
Su obra chispea, crece y se difunde en una explosión de claridad de esa belleza transfigurada de la naturaleza.
Paisajes y lejanías envuelven la mayor parte del sentir pictórico de Juan Silva, de ahí su carácter intimista. Una intimidad que duerme en ramas, árboles y rincones, donde expira la luz y en otros ríe el sol.
Begoña Delgado López-Amo
Periodista-Crítica de Arte.
En su pintura la línea desaparece, sólo queda el color, por su toque fluido de pincel, llegando incluso a una figuración cromática, provocada por la vibración en el color.
Su obra chispea, crece y se difunde en una explosión de claridad de esa belleza transfigurada de la naturaleza.
Paisajes y lejanías envuelven la mayor parte del sentir pictórico de Juan Silva, de ahí su carácter intimista. Una intimidad que duerme en ramas, árboles y rincones, donde expira la luz y en otros ríe el sol.
Begoña Delgado López-Amo
Periodista-Crítica de Arte.